Oscuro...Luz

Historia comenzada aproximadamente en julio-agosto del 2009. Fue borrada y republicada al rededor de 5 VECES. 
Las fotos son artistas que se me parecieron al personaje que tenía en mente...

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Argumento:
Vista como una abominación, su vida es un desastre. Presa de la ineptitud humana, ella es distinta. Experimentan con ella, la dañan fisicamente y, aun asi, ella no logra escapar. O así fue, hasta que entraron en acción los tres hombres mas raros que ella conoció...
La salvaron, curaro y cuidaron. Junto con ellos encontró la amistad y, algo mas importante, el amor...

Personajes:

Alex:
Principe de los demonios y su futuro rey. Es un hombre frío y calculador, vernativo y apasionado. Su verdadera forma la completa un conjunto de alas blancas inmaculadas y puede transformarse, a parte, en un perro gigante llamado Vlad. Al conocer a Lucy, jamas penso que se hipnotizaria con su personalidad y que soñaría despierto con estar a su lado y verla feliz.


Lucy:

Mitad Vampiro y Mitad demonio. Fue encerrada en un laboratorio y torturada. Cuendo la rescataron comenzo a sentir lo que es ser querida, admirada, y amada. Se queda loca por Alex a primera vista, pero piensa que el no la tolera al ella ser mitad Vampiro.




















Dany:
Hermano menor de Alex y Principe de los Mextizos o hibridos. Su verdadera forma agrega a su cuerpo una gran cola gatuna y un par de Orejas felinas; a parte de unas filozas garras. Ama la musica y sabe tocar guitarra.

Ricky:
Hermano menor de Alex y Dany. Principe de los muertos vivientes. Su verdadera forma agrega a su figura un par de curnos y unas alas de hueso, a parte de una cola que acaba con una profunda hoz. adora las armas y es un maetro disparando, pero su personalidad distancia totalmente de su mundo. Es el chico mas alegre que se puede encontrar.



Rey Alexandre:

Padre de Alex, Dany y Ricky. A parte tiene un hijo menor llamado Anthony que es principe de los demonios marinos. Es el actual Rey de los demonios y es mejor amigo de Lucius, el Rey vampiro; el cual está casado con su amiga de infancia Fillie. Al final descubre que sus amigos son los verdaderos padres de Lucy.


Capitulo 1:

Este es un pequeño relato de mi vida, una que jamás debió ser contada. El desprecio, eso era lo único que conocía. Desde que tengo memoria eso había sido así; el rastreador, lo único que querían de mi era utilizarme. Era un experimento en progreso, única en el mundo.
Siempre encerrada en esa habitan, era la misma desde que tenía cinco años. Lo único que hacía era ir del laboratorio al gimnasio y del gimnasio a mi cuarto. Por supuesto que todo estaba dentro de la base.
Todavía no he dicho por que estoy aquí, pero en realidad no es por algo hecho por mí. Las preguntas que se hacen la mayoría de las personas pueden llegar a tener respuesta en mi vida, lo único que llevo de ella. Preguntas como ¿existen los vampiros?, ¿y que tal los demonios?, ¿a parte de los humanos que otros seres existen en este mundo?
Pues solo diré que aunque no lo crean, yo soy un hibrido por llamarlo de algún modo. Mi padre era un vampiro y mi madre un demonio, según lo que me han contado. Yo jamás los conocí, y jamás podría creer esta historia si no tuviese bases y fundamento; pero es que los tiene.
Desde antes de tener memoria soy especial, puedo transformarme en un perro cuando se me antoje. Si por eso no fuese suficiente, vivo de sangre. Lo que mas extraño se me hace son el par de alas negras y huesudas con forma de las de un vampiro, que sobresalen de mi espalda.
Ya verán la razón por la que estoy atrapada en este mundo; pero aunque no lo crean me acostumbre hasta tal punto de no darle importancia. Pero si esto hubiese seguido así, no habría historia que contar. Todo se remonta hace un año, la base militar en la que me encontraba fue infiltrada.
Recuerdo cada detalle. Me acababan de llevar a mi habitación, cuando ciento un olor extraño, jamás lo había olido. No le preste atención alguna y me acosté a dormir, estaba exhausta. Empecé a soñar con una oscuridad infinita, todo se iba bañando con su manto. Ya no veía nada, pero a lo lejos se enciende una pequeña luz.
Cuando me acerco, lo único que vi fue a una persona totalmente desconocida para mi bañada en sangre. Tan pronto como se encendió ese as de luz, se extinguió la oscuridad. Voltié y por donde mirase, habían cuerpos tan desconocidos como el primero en igual condiciones.
Asustada empiezo a correr, alejándome cada vez mas de aquel lugar. Estaba espantada, corría como si no hubiese mañana. Lo único que importaban eran mis pies, me había olvidado totalmente de mis alas. Aunque todo estaba bañado de sangra, yo no sentía sed, sentía miedo y mucho.
A lo lejos escuche un grito desgarrador, este se apoderaba de mi hasta traerme a la realidad. Me desperté sentándome directamente. Respiraba con dificultad, no veía nada más allá de mi cama. Creí haber escuchado otro grito a lo lejos, algo debía estar pasando. Cuando logre respirar con naturalidad, capte el olor a sangre en el aire.
No sabía que sucedía y era un hecho que jamás lo sabría, mi puerta estaba serrada con un seguro, no podría abrirla ni que quisiera. Se escuchaban voces a lo lejos, aunque jamás llegue a distinguir lo que decían. Al poco tiempo me di cuenta de lo que sucedía, era casi obvio. Estaban saqueando la base, los estaban matando a todos. Afine mi oído y busque cualquier cosa que me hiciese distinguir que sucedía.
Estaba recostada de la puerta, no podía distinguir ningún sonido. Esta forzando mis sentidos, cuando de pronto escucho unos pocos pasos. Se acercaban sin preocuparse por nada, seguían con lo suyo sin pronunciar palabra alguna.
De la nada siento que están a pocos centímetros de la puerta. Retrocedo sin saber la razón, el miedo me invadía. Siento que forzaban la puerta, casi sin logro alguno. Oigo un grito desde el otro lado y más pasos. De la nada se vuelven a abrir las puertas.
No sabía que hacer, tenía a tres hombre delante mío y dirigiéndose a mi posición. No podía intentar huir, estaba paralizada. El único contacto humano que había tenido hasta ese momento era el del señor de la bata de blanco; aquel que en cualquier oportunidad me golpeaba.
Detrás de esos dos hombres se ve un tercero y desde afuera de la puerta el olor a sangre se hace mas intenso. No tenía el valor de pasar por detrás de ellos para buscar ese elixir de la vida, aquella sustancia que me saciaba.
Al distraerme con el olor, no me di cuanta de que uno de los dos se acerco lo suficiente a mi. Cuando por fin lo note, no pude reaccionar a tiempo, sentí un golpe seco en la nuca y luego, luego nada, puro negro. El vació infinito, me habían dejado inconsciente.
Y aquí estoy, sin saber donde e intentando despertarme. No le presta atención a nada, concentraba todas mis fuerzas en volver a mí, despertar de una vez. Poco a poco pude sentir voces a mi alrededor, no me habían dejado sola. Sin despertar del todo, me senté manteniendo los ojos serrados.
Abro mis ojos y lo primero que distingo, son dos grandes orbes azules mirándome directamente. Volteo a ver donde estoy, esto no es mi habitación, yo no conozco a nadie. Al ver que tengo tres figuras adelante y todas vestidas de negro, decidí observarlas detalladamente.
La que primero había llamado mi atención, era la del dueño de esos ojos azules. Tenía la piel pálida, aunque no tanto como la mía. El pelo de matiz negro le crecía hasta un poco más debajo de las orejas.
Se veía mayor que yo, quizás unos veinticinco a lo mucho, pero ¿que yo sabia de aquello? Lo que mas me impacto de el era la seriedad con que me miraba, casi ¿repugnancia? Decidí pasar a ver al otro.
A su lado había un rubio de ojos verdes. Se notaba emocionada, al contrario del de pelo negro. El pelo lo tenía igual de largo y vestía de la misma forma. No sabía que tenía aquel sujeto, pero me agradaba. Parecía apenas y mayor que yo, si no es que de la misma edad. Le intente devolver la sonrisa, pero el miedo me lo impidió.
Decidí entonces pasar a la tercera persona que tenía en frente. Se veía que no llegaba a la edad del primero, pero que era mayor que el segundo. El pelo marrón lo tenía casi al ras, aunque a mi parecer se veía bien. La piel no era tan blanca como la del primer, quizás un toque moreno. No se veía tan emocionado como el segundo, pero menos molesto que el primero estaba.
De la nada recuerdo la matazón y el olor intenso a sangre. El susto volvió, ¿Quiénes eran ellos?
-¿Qué quieren?- dije a penas con un hilo de voz, tenía mucho miedo, estaba horrorizada.
-Nada- dijo fríamente el de ojos azules para voltear y sentarse un poco mas alejado de mí. Definitivamente sentía que el me odiaba, ¿Qué habría hecho yo esta vez?
-¿Dónde estoy?- Le dije al rubio, por lo menos el parecía alegre.
-En una camioneta, rumbo a nuestro hogar- dijo sonriendo aun mas
-Y ¿Qué hago aquí?- pregunte rápidamente
-Te rescatamos- Oí que decía una voz fría a mi espalda, volteo y de nuevo encuentro esos ojos azules.
-¿Cómo que me rescataron?- esta vez le pregunte al de pelo castaño, viéndolo directamente a sus ojos que me acababa de dar cuenta que eran grises.
-Simplemente te encontramos encerrada. Parecías aterrorizada y que no tenías nada que ver con ellos- dijo seriamente- Por eso en vez de matarte, te trajimos con nosotros.
Había dos cosas que no me quedaban claras, la primera era que no se habían dado cuenta del par de extremidades extra que tenía en la espalda. La segunda era lo que hacían ellos allí. Pero sin tiempo de preguntar, al verme totalmente alerta y callada, el rubio empezó a hablar.
-¿Cómo te llamas?- pregunto rápidamente
-Experimento 3573-E –respondí de memoria, así me llamaban siempre. Oí que el de pelo negro se reía atrás pero no le preste atención.
-No me gusta tu nombre- expuso rápidamente el menor de los tres.- Bueno yo soy Richard, aunque todos me llaman Ricky.
-Hola Ricky-dije lo mas amable que pude.
-Hola – dijo sonriendo- Bueno, el brabucón que vez allá atrás, de ojos azules es mi hermano mayor. Se llama Alexander, aunque todos le dicen Alex.
-Hola Alex- dije al tiempo que volteaba hacía el, pero la única respuesta que recibí por su parte fue un pequeño bufido casi inaudible. Sin prestarle atención, Voltié al castaño- Y tu ¿Cómo te llamas?
-Soy Daniel, y ellos son mis hermanos- dijo seriamente.
-Mucho gusto- aunque había sido criada como un experimento, tenía buenos modales.
-Hey, sabes no me gusta ese nombre para ti, te puedo llamar de otra forma.- dijo el rubio volviendo a captar toda mi atención.
-Claro, a mi tampoco me gusta- Dije sonriéndole sinceramente.
-Ayúdenme- dijo refiriéndose a los otros.
-No se cual- dijeron ambos al unisonó.
-Bueno, entonces yo debo darte un nombre- puso una cara seria y parecía hacer in gran esfuerzo.- Que te parece Lucía. A mi me gusta.
-A mi también, bueno, ahora me llamo Lucía.- Le di una sonrisa enorme, seguramente el era mi primer amigo. . .

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