sábado, 10 de diciembre de 2011

Un Ideal No Tan Nuevo

Aprender a educar al hombre correcto, ¿Dónde lo enseñan? La vida es un enigma y la educación va decayendo con cada día que pasa. El molde de la caballerosidad y lealtad se va rompiendo lentamente. Pocos escapan de lo que se ha vuelto norma, pocos son los caballeros de la actualidad.
¿Hace cuanto que la infidelidad es promovida?, ¿desde cuando las relaciones interpersonales se pierden?. Desde hace cuanto que la tecnología aplazo la afectividad, desde hace cuanto que un robot es tu personalidad…
La vida se ha vuelto tan fácil que damos las cosas por hechas y nunca se estima el cariño que te tienen. Decir “Te quiero” y “Te amo” se ha vuelto moda, pero no se ha sentido. Hace tiempo que se perdió el ideal príncipe azul y se volvió el sapo inadaptado que son los hombres de hoy en día. Los pocos príncipes azules son expuestos a una sociedad que no les da valor o los humilla simplemente porque no entienden la verdad: “Los hombres deberían ser así”.
Dejar pasar antes a una mujer, levantarse para dar el puesto a una dama o a un mayor, hablar de manera no grosera. Esas no son tonterías de libros, son ideas socialmente aceptadas del comportamiento en sociedad.
¿Cuántas mujeres no se enamoraron del príncipe de La Bella Durmiente? ¿Cuántas no suspiraron por el príncipe de la Sirenita? ¿Por qué perder el ideal a medida que crecemos? ¿Por qué no conseguir ese príncipe? ¿Por qué bajar el nivel? Las mujeres nos merecemos mucho más que un príncipe; como anhelamos esta frase: “Yo no quiero ser solo tu esposo. Quiero ser tu novio, tu amigo, tu amante, tu confidente” ¿Por qué conformarnos con menos? Muchas han conseguido eso y más.
No busques al cavernícola de la actualidad, busca el príncipe caballero escondido en la sociedad. Busca al hombre ideal, no al bufón real. Sueña ser la reina de tu casa, desea ser la única en un corazón, solo así encontrarás al verdadero amor.
Cuando seas madre, educa al futuro compañero que una mujer desea. Crea al hombre con el que soñaste, porque ese no es un sueño único, es el sueño de miles de mujeres, es el sueño de una pequeña que será su futura esposa.
Educa para la vida, no para la vagancia. Educa con amor, con tolerancia; no con libertinaje y complacencia. Solo así se lograra una sociedad real, donde la tecnología no desplace la afectividad, donde los niños crezcan jugando, alegres y se conviertan en hombres y mujeres de bien.

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